Comentario sobre la proporción y la belleza
A lo largo de la Historia
los diferentes artistas, filósofos y pensadores han evolucionado por diferentes
teorías en su esfuerzo por intentar definir el arte y la belleza. Comenzando en
la antigua Grecia por el concepto de belleza considerada por Platón o
Aristóteles como un ideal a alcanzar a través de leyes y reglas sobre simetría
y proporciones para conseguir una armonía que proporcionaba placer a los
sentidos. La estrella pentagonal de Pitágoras y su relación con el número áureo
entre otras curiosidades matemáticas, ha sido la que ha permanecido, como
curiosidad, de alguna manera en la cultura del arte.
Aunque durante la Edad
Media el concepto de belleza en todo su esplendor se ubicaba en una dedicación
plena a Dios, no se alejó el interés por el estudio teórico del arte y la
belleza a través del mundo de los números (“divina proporción” según Luca
Pacioli, 1445).
A partir del siglo XVIII
entra en escena el concepto de “experiencia estética” y se empieza a dar valor
a la concepción de la belleza en el arte como algo intrínseco en el mundo de
las emociones y la sensibilidad. Comienzan a perder importancia las leyes de lo
bello y se apela a los sentimientos.
La mere, Elisabeth Nourse
En la actualidad los
conceptos de arte y belleza en la Filosofía del Arte se han separado
completamente. No siempre se encuentra la belleza, lo armónico, en el arte. Se encuentran
emociones. Se apela al público. El público son múltiples individualidades y
cada una de ellas se traduce en miles de diversas sensibilidades que
interpretan su belleza, o no, de manera personal.
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