jueves, 8 de abril de 2021

FILOSOFÍA, CIENCIA Y LITERATURA. Tarea 2: Virus y pandemias.

 

“El enemigo invisible”

Yolanda Sáez del Río

 

A Aristóteles se le atribuye la frase “lo obvio es tan obvio que por obvio no lo vemos”. Esta paradoja nos sirve como presentación al tema de los virus y pandemias y su relación con la especie humana. Claro que hay multitud de cosas que aún no sabemos y se siguen investigando sobre los microorganismos. Cada vez que aparece una enfermedad de origen infeccioso desconocido, resulta muy complicado llegar a comprender el tipo de agente infeccioso causante de la enfermedad, el grado de virulencia, la capacidad infectiva, transmisión, mecanismos de infección, etc, como ha ocurrido por ejemplo con el coronavirus causante de la Covid 19.

Pero curiosamente, quizás la clave para la lucha contra los virus y las pandemias no se encuentre en la parte que aún desconocemos, sino en la parte que sí conocemos.  Y no me refiero únicamente al conocimiento de los virus y bacterias que causan enfermedades sino a la manera que tiene la especie humana de relacionarse con ellos. Esto implica que analicemos nuestras sociedades y sus modelos de desarrollo.

Los virus son microorganismos que conviven con la especie humana desde siempre. De hecho, se consideran parte fundamental de nuestra evolución al ser capaces de incluir material genético que podría ser útil para adquirir características nuevas que aportan ventajas a las especies. Los transposones son un ejemplo de ello. Así, a lo largo de nuestra evolución los virus han permitido, no solo al Homo sapiens sino otras especies también, la adquisición de elementos que aportan ventajas evolutivas.

Por tanto, los virus, como otros tipos de microorganismos no constituyen un verdadero problema para la humanidad. No son el enemigo invisible a combatir. El problema no es tanto el virus sino la magnitud que puede alcanzar su actuación en las sociedades contemporáneas. Las pandemias de los últimos tiempos han puesto de relieve dos problemas que merece la pena analizar. Por un lado, nuestra manera de relacionarnos con el medioambiente y por otra nuestra actitud como sociedad.

No cabe duda que a nadie le ha sorprendido que una pandemia como la que nos afecta en la actualidad, tarde o temprano iba a ocurrir. Diferentes gobiernos de varios países ya habían establecido algún tipo de protocolo básico para responder ante una pandemia. Sobre todo, después de los amagos de pandemia de 1997 y 2003 con la gripe aviar y el SARS. Los veterinarios están acostumbrados a tratar con estos virus gripales y los conocen bien. Pero solo vemos lo obvio cuando nos afecta de verdad y es ahora cuando se han volcado todos los esfuerzos para encontrar una vacuna contra este tipo de virus. Las alarmas deberían saltar mucho antes, al ver como la superpoblación y hacinamientos de muchas ciudades nos lleva a un modelo de desarrollo que es insostenible. La ganadería intensiva y los criaderos de aves masificados por ejemplo nos dan cuenta de la deshumanización de nuestra relación con el entorno.

Urge por tanto que abramos los ojos y se establezca un debate serio sobre nuestro modelo de desarrollo que tenga en cuenta un cambio radical de costumbres. Sobre todo, se apelaría al llamado primer mundo, principal responsable del deterioro del medio ambiente. Estos cambios por ejemplo implicarían un cambio de dieta menos dependiente de las proteínas lo que conllevaría no solamente a una disminución de la ganadería intensiva sino a una mejora en la salud comunitaria. Los reservorios de virus en animales seguirían existiendo y también las enfermedades infecciosas que nos afectarían, pero no en forma de pandemias.

El segundo enfoque del análisis se refiere al comportamiento de los seres humanos ante una pandemia. De como puede alterar la vida social, cultural y económica de una sociedad. De como se revela que el enemigo invisible no es el virus sino nosotros mismos: cuando vemos como afecta una epidemia a países lejanos y nos parece imposible que llegue hasta nosotros; cuando olvidamos que lo importante es salvar vidas y no la economía; cuando se invierte cada vez menos en I+D; cuando no existe el trabajo colaborativo entre países en la búsqueda de vacunas…

Por tanto, está en nuestras manos como sociedad hacer frente a lo obvio que no es mas que aquello que no queremos ver porque implica unos cambios en nuestro modelo de desarrollo que significaría la pérdida de privilegios de unos pocos. Como en la novela “La peste” de Albert Camus, nos queda la esperanza de la prevalencia de la solidaridad colectiva.

Fuentes:

https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/ironias-de-la-vida...-y-los-virus-que-la-acompanan

https://www.dw.com/es/qu%C3%A9-especies-transmiten-los-virus-en-busca-del-animal-vector-del-coronavirus/a-57044385

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/actualidad/sociedad/2020/08/30/veterinarios-llevamos-trabajando-coronavirus-90/1051105.html

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